Nacimientos en tiempos de COVID-19: alegría más allá de los temores.

Nacimientos en tiempos de COVID-19: alegría más allá de los temores.

En estos días marcados por la pandemia, el Papa Francisco ha subrayado repetidamente la contribución fundamental de los médicos, las enfermeras y todo el personal sanitario. El Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, también recordó ayer – en la celebración del Día Mundial de la Salud – este precioso compromiso.

Debemos estar agradecidos y agradecidas, leemos en el mensaje del Jefe de Estado italiano, “a los enfermeros y enfermeras de primera línea, y con ellos a todos los médicos de los hospitales y servicios territoriales, a los asistentes, a los investigadores, a los que trabajan en los servicios auxiliares: los hemos visto trabajar hasta el límite para salvar vidas y muchos de ellos han pagado con su vida el servicio prestado a los enfermos”. El mandatario añade:

“Tanto luto y sufrimiento han hecho que el valor de la salud sea aún más evidente”

Cada nacimiento tiene el sabor de la esperanza

De modo especial en la región italiana de Lombardía, una de las más afectadas por el COVID-19, cada nacimiento tiene el sabor de la esperanza, del renacimiento. El Dr. Enrico Ferrazzi, Director de la clínica obstétrica Mangiagalli del Policlínico de Milán, al ilustras las medidas adoptadas en este tiempo marcado por la pandemia, afirma que tratan de proteger este maravilloso momento para las mujeres y las familias tanto como sea posible. Y lo hacen tanto para las mujeres que no tienen la infección como para las que la han contraído.

También explica que los resultados son significativos, puesto que en el centro que dirige todas las madres y niños están bien y ningún miembro del personal sanitario ha contraído la infección. Naturalmente, gracias a que las reglas puestas en práctica están funcionando. De ahí que su mensaje sea positivo.

Asimismo relata que la clínica Mangiagalli, junto con los otros seiscientos centros de referencia para embarazos de mujeres que resultan positivas al coronavirus, ha adoptado diversas medidas. De este modo se han establecido dos sectores completamente separados, con dos salas de emergencias y dos áreas de parto separadas al igual que dos áreas de hospitalización. Lo que garantiza la seguridad y la serenidad de las mujeres que tienen que dar a luz y también de las mujeres que han contraído el virus. Por otra parte explica que esta patología no suele presentar un cuadro como el que se observa en las personas mayores, si bien en el embarazo puede haber complicaciones que deben ser tratadas inmediatamente. Y añade:

“Lo que hemos hecho, y por lo que hemos luchado un poco, es asegurarnos de que el padre pueda estar presente, por supuesto con las precauciones necesarias, en el inolvidable momento del parto. Este momento puede ser vivido juntos”

Claro que si la madre es negativa al coronavirus, se siguen los procedimientos tradicionales, simplemente con la máscara. Mientras lo que evitan, lamentablemente, es lo que se llama “piel a piel”, es decir, el abrazo después del parto. Y la razón es que en esta fase, aún de pico de la epidemia, a veces la mujer desarrolla síntomas después del parto. Y, por lo tanto, este momento de abrazo podría ser peligroso para el recién nacido. Después la madre amamantará al bebé con la mascarilla. Mientras para la mujer que resulta positiva al coronavirus, se trata de evaluar la posible gravedad de la enfermedad cada vez. En caso de que el hisopo sea positivo, de que la madre tenga tos seca y un poco de fiebre, podrá seguir amamantando con las precauciones necesarias. Pero si fuera sintomática, con la neumonía típica de esta enfermedad, el bebé debe ser separado de la madre.

Fuente: Vatican News

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